La Ley Karin marca un antes y un después en la legislación laboral chilena en materia de prevención y sanción del acoso laboral, sexual y violencia en el trabajo. Esta ley, lleva su nombre en honor a Karin Salgado, trabajadora víctima de acoso en su trabajo quien se quitó la vida en el año 2019. Su promulgación es una respuesta al creciente reconocimiento de la necesidad de abordar el acoso y la violencia en el lugar de trabajo, introduciendo cambios significativos y necesarios en la forma en que las empresas y la sociedad deben enfrentar estas problemáticas.

La ley redefine y amplía el concepto de acoso laboral. Ahora, cualquier forma de agresión u hostigamiento, independientemente de su medio o frecuencia, puede ser considerada acoso. Este cambio es crucial, ya que reconoce que incluso los actos aislados pueden tener un impacto profundo en las víctimas.

Una de las contribuciones más importantes de la Ley Karin es la obligación de implementar políticas y protocolos específicos para prevenir el acoso sexual laboral y la violencia. Estos protocolos deben incluir la identificación de riesgos y medidas de control, así como capacitaciones regulares para trabajadores y empleadores, fomentando un ambiente de respeto y seguridad.

La ley establece procedimientos detallados y confidenciales para investigar las denuncias, asegurando un tratamiento justo e imparcial para las víctimas. Se enfatiza la importancia de una acción rápida y efectiva, con plazos específicos para la investigación y la aplicación de sanciones.

Un aspecto distintivo de la Ley Karin es el reconocimiento de la violencia ejercida por terceros, como clientes o proveedores, como parte de las conductas prohibidas en el entorno laboral.

La ley subraya la responsabilidad de los empleadores en la prevención y sanción del acoso y la violencia laboral. La Ley Karin entra en vigor seis meses después de su publicación oficial, esto es, el 14 de julio de 2024, aplicándose a todos los casos a partir de entonces, mientras que los casos anteriores se rigen por la regulación previa.

En conclusión, debemos entender a la Ley Karin como un paso significativo hacia un entorno laboral más seguro y respetuoso en Chile. Su enfoque integral en la prevención, investigación y sanción del acoso y la violencia laboral establece un nuevo estándar, no solo para las empresas sino para toda la sociedad, reforzando el compromiso con un ambiente laboral libre de violencia y discriminación.

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